Era
verano, en el ingreso al balneario San Sebastián de Mar del Plata. El público
se arrojaba desesperadamente sobre la promotora que regalaba pequeños paquetes
de yerba mate. La cultura argentina tradicional de clase media-media durante la
segunda mitad del siglo XX y primeros
años del siglo XXI otorgaba al trabajo un valor de dignidad contradictoria y
hacían que esos mates compartidos con aquel producto adquirido de la gratuidad publicitaria
fueran disfrutados con un sabor diferente al obtenido como producto del trabajo
personal.
La
antigua pregunta ¿qué valor tiene el
trabajo de muchos para el mantenimiento ocioso de unos pocos? ha mutado en
nuestros días a ¿qué valor tiene el trabajo
de muchos para el sostenimiento ocioso de otros muchos?
Alejandro Zoratti Calvi
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.