En algún momento deberé hacerlo, pero anhelo un tiempo más.
Es que hay una glicina que acabo de plantar y quiero verla florecer.
Sus racimos lilas perfumados, su sombra en el verano del patio.
¿Qué ambición escribiré en el papel para ser aceptado?
Algún padre necesitará besar a su hijo, algún hijo deseará abrazar a una madre
¡y yo con mi glicina!
Pero insistiré con el pedido, tengo todo en regla y lo merezco.
Mi problema sigue siendo el de siglos: ¿quién firmará la prórroga?
Jandri
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